Por Oswaldo González Sánchez,
astrofísico y responsable
de Didáctica del Museo de la Ciencia y el Cosmos.
Desde que fue
descubierto en septiembre de 2012, mucho se ha hablado sobre el imponente
brillo al que podría llegar el cometa C/2012 S1 ISON. Las primeras previsiones
indicaban que sería unas 15 veces más brillante que la Luna Llena y, por tanto,
visible a simple vista incluso de día. Pero poco se ha dicho sobre si realmente
podremos verlo por muy brillante que llegue a ser.
Las primeras estimaciones de la
órbita del cometa, cuando aún se encontraba a una distancia muy lejana al Sol,
indicaban que sería un cometa que pasaría muy cerca sobre la superficie de
nuestra estrella, y por tanto bastante alejado de nosotros, unos 150 millones
de km. El 28 de noviembre, sobre las 19 horas, el cometa ISON pasará a 1,2
millones de km sobre la superficie del Sol, una distancia tan corta que,
probablemente, si el tamaño del cometa no supera el kilómetro de diámetro, no
sobreviva y se desintegre tras dicho acercamiento.
La predicción del brillo de los
cometas es la asignatura pendiente en el estudio de estos cuerpos, pues hay
infinidad de parámetros que hacen que cada cometa se comporte de forma
diferente a los demás. Su tamaño, composición, la cantidad de materia volátil,
una posible rotura del mismo, etc. hacen que de forma súbita aumenten el brillo
o incluso desaparezcan. Este cometa que hoy viernes, 22 de noviembre, se
encuentra a una distancia algo superior a la que separa Mercurio del Sol ya es
visible, en teoría a simple vista pues tiene magnitud 3-4, similar al de una
estrella débil visible desde una ciudad. Pero al estar tan cerca del Sol, y más
que lo estará en los próximos días, se encontrará inmerso en la luz del
crepúsculo matutino, por lo que difícilmente lo podremos ver si no usamos unos
binoculares que nos ayuden.
El cometa será visible durante las
próximas semanas sólo de madrugada, a excepción de unos pocos días después del
28, en el que también podremos intentar observarlo muy pegado al horizonte por
la tarde, después del ocaso solar y con un crepúsculo muy intenso. La cola del
cometa que ahora mide más de 4º será lo que más nos maraville de él, pues
aunque el cometa se encuentre bajo el horizonte cuando todavía es casi de noche
(sobre las 6:30), su cola podría ser visible, pues probablemente supere los 15º
de tamaño (1/6 de la distancia desde el horizonte al zenit).
Durante el día clave, las últimas
horas de la tarde del día 28, el cometa puede ser tan brillante que se podría
ver en pleno día, eso sí, muy pegado al Sol, por lo que no recomendamos en
absoluto dirigir ningún tipo de instrumento óptico para intentar observarlo. A
lo sumo se puede intentar, con el brazo extendido, tapar el disco solar con la
mano y probar a simple vista visualizar si se ve la cola del cometa partiendo
del mismo, pero nunca apuntar con unos prismáticos. También y si no queremos
correr riesgos, como el momento de máximo brillo coincide con la puesta de Sol
en Canarias, podríamos ver dicha puesta de Sol y comprobar si hay un punto
brillante con cola a su izquierda. Sería una escena digna de fotografiar,
esperemos que el tiempo acompañe.
Los
momentos claves serán la madrugada del 28 y 29, y la puesta de Sol del 28 de
noviembre.
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