Por Oswaldo González Sánchez,
astrofísico y responsable
de Didáctica del Museo de la Ciencia y el Cosmos.
Entre
los días 26 y 28 de este mes, los planetas Júpiter, Venus, Mercurio y La Tierra se
encontrarán situados en una línea casi perfecta. Este es un fenómeno que, en
ocasiones, algunos interpretan de forma catastrofista. Pero realmente no tiene
más importancia que la curiosa perspectiva con la que podemos observar a los
demás planetas desde el nuestro, reunidos en una pequeña parte del cielo como
si de una confabulación planetaria se tratara.
Nuestro planeta, al
igual que el resto de los planetas del Sistema Solar, gira alrededor de nuestra
estrella en una órbita ligeramente elíptica. Este movimiento hace que las
distancias entre los planetas varíen constantemente. La visión desde la
superficie de la Tierra de la posición de los planetas induce a pensar que,
aparentemente, están juntos, aunque en la realidad están situados a muchos
millones de kilómetros.
Durante los días
finales del mes de mayo y comienzos de junio tendremos la oportunidad de
observar esta curiosa perspectiva a simple vista, con los planetas más
brillantes del Sistema Solar. Los planetas Júpiter, Venus y el esquivo Mercurio
formarán una línea imaginaria sobre el horizonte oeste una vez sean visibles,
aproximadamente media hora después de la puesta de Sol.
Al anochecer del
domingo 26 de mayo, veremos un triángulo formado por estos tres planetas, los
objetos más brillantes que en ese momento se verán en el cielo. El día 28, los
dos más brillantes -Venus y Júpiter- tendrán su mayor aproximación aparente
(conjunción), separados tan sólo por 1º equivalente a dos veces el tamaño con
el que vemos la Luna. A partir de esa fecha volverán a alinearse y alejarse
unos de otros hasta la primera semana de junio, cuando Júpiter se aproxime
aparentemente al Sol y desaparezca a causa del brillo de este último.
Esta es una muy
buena oportunidad para poder localizar a Mercurio, el planeta más difícil de
encontrar debido a su cercanía al Sol. Este planeta siempre está inmerso en la
luz del crepúsculo aunque su brillo lo sitúe entre los cuatro objetos más
brillantes del firmamento. Durante las tres primeras semanas de junio estará
situado no muy lejos de Venus, el objeto más luminoso, después de la Luna, del
cielo nocturno. Este último planeta, también conocido como “el lucero
vespertino”, estará visible sobre el horizonte oeste hasta final de año. A
partir de ahora tendremos bellos anocheceres con este lucero como protagonista.
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