En los planes de Obama no está volver a la Luna en los próximos años. Así lo ha avanzado en su presupuesto donde la NASA tendrá que soportar un recorte del 7%, lo que supone echar a la calle a 7.000 trabajadores que viven de la próspera industria espacial de Estados Unidos. Estados norteamericanos como California o Florida soportarán en sus propias fábricas este recorte, por lo que se espera que los senadores y congresistas de estos territorios se opongan a este recorte.
Otro de las consecuencias de este recorte presupuestario es que La NASA deberá abandonar o aparcar su sueño de volver a La Luna. Desde que Bush anunciara a bombo y platillo la vuelta a nuestro satélite, la agencia se había volcado en diseñar un programa que llevara al hombre de nuevo a La Luna. Pues La Luna tendrá que esperar y Marte también, en su lugar parece que las sondas robóticas sustituirán a los astronautas en estas aventuras. Aun con esto, la NASA seguirá contando con el mayor presupuesto del mundo para la exploración espacial.
Lo más lamentable de todo este asunto, lo que realmente huele mal, es que ese dinero que se le resta a la NASA se suma a los presupuestos militares para mantener las dos guerras abiertas que EEUU libra en estos momentos.
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